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La pornografía en la comida ha tomado dos significados. En Estados Unidos, se considera que la comida alta en grasa y poco saludable es porno culinario. Sucede que el Centro de la Ciencia para Intereses Públicos, una ONG que defiende los derechos de los consumidores, publicaba una columna sobre comida poco saludable en una revista de salud bajo el título “Cosas buenas versus comida pornográfica”.
Sin embargo, es el segundo significado el que aquí nos compete. El ‘Food Porn’ es actualmente todo un fenómeno. Este sucede cuando la comida es presentada en imágenes que estimulan en extremo los sentidos, con formas sensuales, texturas casi palpables y primeros planos obscenos.
El prestigioso chef Anthony Bourdain sustuvo, en un ensayo sobre el tema que publicó en el 2001, que la comida se ha objetivado. Tome como ejemplo algún libro de cocina, con imágenes de maravillosas verduras llenas de gotitas de agua que recuerdan el sudor sobre la piel, con platos tan extravagantes que usted nunca va a reproducir en su casa, porque ese libro quizá contenga recetas, pero –sea sincero- son irreproducibles por el mortal común.
Entonces, usted tiene en su casa el libro “Gastón Acurio, 500 años de fusión”, que el año ganó un premio como la mejor publicación gastronómica del mundo, o cualquier otro libro de cocina de ese tipo. Tiene sobre su mesa de café una publicación llena de fotografías con primeros planos de, por ejemplo, platos peruanos llevados a otro nivel. Usted no compró un libro de ese tipo por las recetas, sino por las imágenes, donde no solo se ve el talento del cocinero, sino el de la producción y hasta los maquilladores de comida. Porque de lo que se trata es de presentar la comida obscenamente atractiva.
Eso es pornografía en la comida y está de moda.
EXACERBACIÓN DE LOS SENTIDOS
Han pasado 10 años desde que Bourdain escribiera sobre el ‘Food Porn’ y este ha evolucionado. Se pasó del voyeurismo de la obra ajena y profesional, a la producción personal. Algo que ha sucedido con la pornografía también: la gente está produciendo la propia. ¿Acaso no se ha dado cuenta de todos los casos de videos sexuales personales de los artistas que luego se hacen públicos?
Ya no solo somos consumidores de estas imágenes, sino productores. Gracias a la practicidad de las cámaras digitales y a la posibilidad de compartir las imágenes con todo el planeta, gracias a páginas web como Flickr, los blogs o el mismo Facebook, la gente ha comenzado a hacer su propio porno gastronómico amateur.
Es justamente en Flickr donde existe un grupo bajo el nombre ‘Food Porn’ que cuenta con más de 22 mil miembros, y otro llamado ‘I ate this’ (Yo comí esto) con 20 mil participantes. Juntos suman 700 mil imágenes de comida que los usuarios entre fotógrafos profesionales y aficionadoscomparten.
Existe otro fenómeno que se ha vuelto muy popular y es fotografiar todo lo que uno come. Si juntamos ambas tendencias, tenemos entonces una cantidad alta de fotografías que presentan a la comida como un objeto fetiche.
FUENTE: elcomercio
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